Fernando Quiroga víctima del sectarismo
Fernando Quiroga tiene 29 años, es gallego y hace apenas 30 días que ha abandonado la comunidad en la que vivía en Irun. Dejó todo: trabajo, familia y novia para venir aquí en busca de un cariño, pero acabó sin dinero y trabajando de sol a sol.
Nervioso, con dos cuadernos en la mano llenos de citas bíblicas, explica su experiencia vivida en el último año como miembro de la Comunidad de las Doce Tribus. Un grupo al que ayer, durante el Encuentro sobre Expertos y Víctimas del Sectarismo que se celebró en Donostia, fue poniéndole el apellido de “secta”. “Cuando lo dejé no pensaba que era una secta, pero aquí hablando de cómo actúan, me he dado cuenta que cumplen con todas las características”, afirma.
Ha venido al encuentro como víctima del sectarismo. ¿En qué grupo?
He estado en una comunidad cristiana que se llama la Comunidad de las Doce Tribus, que está implantada en el País Vasco y en Andalucía.
¿Dónde empezó con ellos?
En Asturias, pero luego fui a Irun.
¿Qué hacía en la comunidad?
Al principio, trabajaban en la huerta con productos ecológicos. Era una vida muy tranquila. Pero, después, tienes que entregar toda tu vida y tus pertenencias, dejar atrás la familia, trabajo, novia, todo lo que te impida quedarte a vivir allí con ellos. Hay que romper con todo, aunque si tu familia te apoya, y te da dinero para que sigas ahí, mejor. No pasa nada. Pero en el momento en que algo se pone en contra, tiene que ser eliminado de raíz.
¿Cómo es un día cualquiera?
Empieza temprano, a las seis de la mañana con un teaching con citas de la Biblia. Ellos cogen un teaching que viene de América por e-mail; son varias hojas. Lo van leyendo y tú tienes que tomar apuntes. Algunas cosas vienen reflejadas en la Biblia. Así, todos los días, por la mañana una hora o hora y media, por la noche otra vez.
¿Se comunican con el exterior?
Te rompen la comunicación: no ves periódicos, revistas ni televisión. Los enlaces a Internet están controlados, el teléfono y las llamadas que recibes. Cualquier duda debes consultarla con los jefes y cualquier cosa que quieras hacer tienes que preguntar antes. Administran tus cuentas bancarias, tienen un control total. Por ejemplo: la música no es la que hay en el mundo exterior, sino la suya. A la gente que vive en el mundo los llaman gentiles. Te dicen que no tienes que querer las cosas del exterior. Entre ellos hablan en inglés y, cuando aprendes, te enseñan hebreo.
¿Por qué en hebreo?
Porque pretenden restaurar lo que es el orden natural de las cosas, como era al principio de los tiempos para cuando vuelva Jesucristo. Tienen que regresar a las raíces de todo. Los niños estudian en la comunidad, no se usan medicinas, todo es natural…
¿Qué es lo que le atrajo para unirse a la comunidad?
Estaba en un momento de mi vida en que me replanteaba todo, agobiado con mi trabajo porque sólo trabajaba para pagar recibos y salir de fiesta. Entonces ellos te dicen que te quieren por cómo eres y te dan cariño. Si te trataran como lo hacen al final no se quedaría nadie. Pero al principio tienen que buscar la manera de atraerte. ¿Por qué tienen en San Sebastián una tienda de productos ecológicos? Porque tienen que buscar la manera de atraerte y llamar a determinado sector de público y poco a poco te van liando, de un día a otro.
¿Cuándo se dio cuenta de que quería marcharse del grupo?
Estaba en Alemania y me quería ir a casa, a Galicia, pero no podía porque tenían mi tarjeta de crédito. Tuve varias reuniones con los jefes y me dijeron que los pastores querían hablar conmigo en San Sebastián. Ese mismo día me dejaron ir.
¿Sin oponerse?
Sí, porque les conté una milonga, si les llego a decir por qué quería irme de verdad, hubiera sido más difícil.
¿Pero tenía claro que quería irse porque era una secta?
Era totalmente piramidal. Me di cuenta de que los que vivían bien eran los jefes y sus hijos. En Alemania nos levantábamos a las cinco y media y nos reuníamos desde las seis hasta las siete y media. Desayunábamos y a las ocho, a trabajar. Parábamos media hora a la una del mediodía y luego seguíamos trabajando hasta las ocho de la noche. Ahí me di cuenta de que esto no era religión, era sólo trabajo para que vivieran bien unos pocos. El dinero se lo quedan todo ellos, tú no recibes nada.
¿Tu familia como se lo tomó?
Al principio bien y como estaba feliz y me veían contento…, pero no les cuadraba mucho que me hubiera metido en una comunidad religiosa.
¿Cuándo lo dejo?
Hace 30 días. Ayer mismo me mandaron un mensaje para decirme que quieren que vuelva.
¿Lo haría?
A veces te dan ganas, pero el mundo no es tan malo como ellos dicen. También me molesta que la gente diga que has sido un tonto, porque cualquier persona puede caer en una secta. No es algo de tontos o incultos, hay médicos y gente con mucho dinero ahí. Uno puede estar pasando un mal momento y entonces se acercan una personas que cubren ese hueco de falta de cariño.