Las Doce Tribus

Fuente: unavueltaenbici.blogspot

30 de octubre de 2013

14-20/10  ESPAÑA

 

Acampamos en un golf, privado por supuesto, a 2 km de la frontera con España. Nos levantamos muuuuuyyy temprano y nos fuimos con las primeras luces del día cuando ya estaban cortando el césped de los “green”. Apenas atravesamos la frontera se detiene un auto junto a nosotros y Johnattan nos invita a pasar por su casa: “una comunidad cristiana”. “Qué bueno !!!”, pensé… siempre  quise conocer este tipo de comunidades…

 

 

 

Son como una gran familia. Todos trabajan para todos. Las mujeres en la cocina, la costura y la lavandería y los hombres en la huerta, con los animales y afuera, en un negocio donde venden sus productos. Los niños están con sus padres la mayor parte del tiempo, no miran tele ni se la pasan metidos en internet; ayudan en los quehaceres domésticos y son educados en la misma comunidad por algún integrante mayor, tocan instrumentos, cantan y bailan…Una sociedad perfecta. La comida es 100% orgánica, no hay excesos ni egoismo. Todos se tratan cordialmente y se reúnen dos veces al día a agradecer al Señor por la vida que han elegido… Quiero vivir ahí !!!!

¡¿Quiero vivir ahí?! Las mujeres son muy pálidas y apenas si sonríen… y los niños ! … los niños tienen la mirada triste y nunca se ríen, ni saltan, ni corren, ni gritan !!! ¿Qué les pasa a los niños?…

 

Nos invitan a almorzar y a pasar la noche. Aceptamos con gusto, aunque a estas alturas ya un poco confundidos. Compartimos la tarde con Kefa, cosechando tomates, limpiando el invernadero y juntando judías. Conocimos a Netzak y a su familia y charlamos con otro integrante acerca de sus aventuras de mochilero por Sudamérica. Todo se desarrollaba en armonía, pero la cosa no cerraba…

 

Y llegó la reunión de las 6 de la tarde y los hombres regresaron al “hogar” y bailamos y cantamos; cenamos y entonces Johnattan fue el encargado de hacernos conocer cuál era el propósito de esta comunidad: todos para todos, sacrificados para satisfacer la voluntad de Yeshúa (Jesús para ellos).

Todo bien, pero… ¿¿por qué los niños no son felices ??
Partimos al día siguiente con mil cuestionamientos en la cabeza y aún después de una o dos semanas seguíamos horrorizándonos de lo que habíamos vivido y compartido aquel día. Este es uno de los tantos testimonios que encontraríamos más tarde “afuera”, porque nosotros sí tenemos libertad.
http://elpais.com/diario/2006/12/31/sociedad/1167519603_850215.html

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